Pues sí, en palabras de Marcos Morán (Casa Gerardo), recuperando la fe gastronómica en ciertos productos, en este caso con los tomates…y si Dios quiere con lo que queda por llegar. Gracias a Twitter he conocido a Santiago Orts de el Huerto de Elche y a Rodrigo de la Calle, ambos precursores del movimiento Gastrobotánica Power, tampoco me quiero poner muy técnico, porque ni se me da bien ni me apetece.

El caso es que, hace un par de semanas me enteré, que Santiago vendía tomates, de cosecha propia, que es de lo que se trata, muchos estareis diciendo…sí, sí y el precio? Pues a la razonable cifra de 5Kg, muchos pensaréis que son caros, pero creerme que solo ver los tomates, olerlos, tocarlos y sobre todo comerlos, os dareis cuenta de que casi es un regalo. Deciros que el precio es con los portes y con el IVA incluido, la verdad es que es un chollo.

Muchas veces compramos productos por modas, sin mirar el precio, productos que te los venden por delicatessen o gourmets, para este tema, consultar el enlace de mi compadre David

Monaguillo en su blog de Tribuna. No sería más razonable pagar dinero por unos buenos tomates, unas buenas cebollas, etc…??? Está claro que en los tiempos que corren no estamos “pa tirar cohetes”, más cuando han venido las primas de riesgo, las agencias y todo ese puto rollo, que no hay quien lo entienda.

Pero a lo que vamos, 5 por un kilo de tomates no me parece caro más cuando una noche salimos de copas y nos clavan por ese precio un “cubata”, el problema creo que radica en la degeneración de los productos, estamos acostumbrados a ver tomates que no valen absolutamente para nada, de ahí la consideración de que el precio sea lo que más se mire, si es malo, porque vamos a pagar como si fueran buenos. Otra cosa es las páginas de tomates que te lo venden como si fueran el último grito en agricultura, por ejemplo con el gran tomate Raf, con cifras de hasta 9Kg, y por lo que tengo entendido, no lo valen “ni de coña”.

Santiago es botánico, es decir, sabe lo que se hace, sabe que sus productos son buenos y los cobra como tal, la gran suerte que tiene es que no tiene que negociar con intermediarios, los grandes encarecedores de todo este proceso.

Bueno que la reflexión es en voz alta en el tema de los tomates, pero se podría llevar a más productos, según le vaya pidiendo género a Santiago os iré contando, porque el tema de los citricos en ese casa es acojonante.

Lo que os decía, recuperando la fe en productos como el tomate gracias a Santiago, y como seguramente a otros muchos que a día de hoy no conozco, pero me encantaría.

EN MI HAMBRE MANDO YO!!!