El otoño en mi pueblo se ha llevado uno de sus emblemas, “El Caño“, si yo fuera JackSparrow
, con esta fuente ya habría encontrado el “agua de vida”, siempre y antes de irme del pueblo iba a beber un “chorrito
” de agua, era como traerme a Salamanca la esencia del pueblo dentro de mí.
Con este rollo del Plan-E (que ni se que es, ni me interesa, viendo este acto) se nos ha ido un punto de referencia en el pueblo, me imagino que el resultado después de esto será una plaza más funcional, o alguno de esos adjetivos que ponen los arquitectos, ingenieros y demás, pero a mí me gustaba más cuando estaba ahí, “El caño”. Cierto es que como dice el refrán: renovarse o morir… pero hay cosas en la vida que deben permanecer intactas.
Viendo esta masacre, me fui a dar un “rulo” por el pinar de Avedillo, la chopera “oscura”, “el Cascajal” y “el plantío” ahí es cuando te das cuenta de la grandeza de los pueblos en otoño e invierno, solitarios, silenciosos( si no fuera por la puta autovía) en dónde puedes ir a caminar donde quieras y estar tranquilo, sin pensar en nada, simplemente mirando el paisaje… y al suelo, no siendo que aparezca algún níscalo… aunque estos, como el Caño también se fueron, pero volverán.
A las seis de la tarde ya es de noche, y me vuelvo a casa de mis abuelos, dónde lo que más me gusta hacer es escuchar, escuchar todo lo que me tengan que contar, mi abuelo no cambia Corrales por nada del mundo, ni NewYork, ni París ni ná de ná, ¿no se qué pensará de El Caño? pero para que preguntar, si la mierda cuanto más se mueve más huele.
En definitiva como dice Andrés Madrigal en su nuevo libro: “va a ser verdad que cuando uno envejece el deseo por retomar la infancia se hace cada vez más fuerte” y yo, o estoy envejeciendo pronto o mi infancia en Corrales ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida, y es lo que me pasa cada vez que voy, que me gustaría recuperar esos años, volver a jugar al balón en la calle, ir a las tejeras a ponerme hasta arriba de arcilla, ir con Andresito a los melonares, y beber mi “chorrito” de agua en “El Caño”… esto, se lo llevo el otoño…
HASTA SIEMPRE